El tiempo ocioso genera razonamientos ociosos, y como llevo una semanita de vacaciones hace dos días uno de estos pensamientos me asaltó; ¿para qué demonios queremos paragüeros en Andalucía?. Y es que resulta cuando menos curioso que aquí, donde apenas llueve 60 de los 365 días que tiene un año existan pocas viviendas a las que les falte esta absurda pieza, por la inutilidad que representa. Resulta que eso del paragüero es muy de "estilo inglés", muy elegante, da "caché" al propietario, pero resulta también que en Inglaterra llueve sobre mojado el 90% del tiempo y es lógico que usen estos objetos, allí debe de ser de lo más util que se inventara nunca, pero aquí, en el Sur de Europa (o en el Norte de África, según se mire....) por favor.
Yo no tengo uno en casa y espero no tenerlo nunca, molestan más que ayudan. Saludos.
2 comentarios:
Cierto es que suelen incordiar un poco, pero son cómodos para tenerlos en la entrada siempre con los paragüas, así si está lloviendo siempre te acordarás de cogerlo antes de salir. Y aunque no llueve mucho aquí (eso es obvio)tampoco viene mal uno, por si un dia de esos raros en los que llueve llegas a casa con el paragüas mojado y lo pones todo 'pingando', a no ser que tengas un parüero en la entrada, veras entonces como lo echas de menos!!jejeje :)
Mi querida amiga Paulibiri, es evidente que ese uso que defines es el correcto y útil uso de un paragüero, pero a lo que yo me refiero es que estos objetos molestan más que sirven, vamos que el balance entre pros y contras es claramente favorable a los contras, puesto que esa utilidad definida en tu escrito solo la necesitaremos 40 de los 365 días que tiene un año. Un beso.
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